El juego es una actividad innata en el ser humano y muy importante en la infancia. Durante la situación de juego el niño experimenta, aprende a relacionarse , desarrolla su personalidad, su autoestima, su imaginación, su ingenio, con él puede ensayar conductas, aprende a resolver conflictos, adquiere normas sociales, libera tensiones…
En definitiva el juego es una experiencia indispensable en el desarrollo del niño, ya que ayuda a la adquisición de múltiples destrezas y habilidades en el plano cognitivo, social, emocional y motriz.
Cuando trabajamos con un alumno con diagnostico TEA debemos tener muy en cuenta que el juego es más que una herramienta de aprendizaje, es una parte de su desarrollo y debe ser abordada de una forma amplia y adaptada a las características concretas de cada alumno.
Es muy frecuente que nos encontremos alumnado que presente alteraciones en el juego y en el desarrollo de la imaginación, ésta es una actividad compleja para ellos ya que deben utilizar a la vez habilidades motoras, comunicativas y sociales. Pero con una serie de pautas y un trabajo sistemático se puede conseguir incluso que desarrollen niveles muy altos de imaginación.
Las características principales del juego de niños y niñas con TEA son: la preferencia por un juego solitario, intereses restringidos, gusto por actividades repetitivas, movimientos giratorios, apilar objetos, hacer filas… pero esto lejos de parecernos un hándicap, debemos utilizarlo a nuestro favor a la hora de introducir situaciones de juego, siempre adaptándonos a sus gustos y a su manera de aprender. No olvidemos aquí que todos los tipos de juego son importantes y que podemos aprender cosas distintas jugando a cosas distintas.
Los adultos podemos provocar cualquier tipo de juego, ya sean juegos físicos como perseguir, juegos funcionales como un puzzle, o juegos sensoriales como la arena. Sin embargo, el juego de simulación es el que tiene un mayor impacto cuando se trata de fomentar las habilidades de comunicación (Quinn,2019)
Para ayudar a los niños y niñas con Tea a aprender mediante el juego lo mejor es usar estrategias como las rutinas, para crear un contexto predecible y estructurado, ofreciendo así más oportunidades de interacción, de manera que poco a poco consigamos la iniciativa por parte del alumno/a.
Según Mº José Garrigo jugar en forma de rutina es:
Además de esto yo añadiría algunos consejos para empezar a jugar con nuestro alumnado con TEA.
- Acércate con respeto y amabilidad. Trata de interpretar las necesidades sensoriales del alumnado antes de empezar a interactuar.
- Como decía antes utiliza sus intereses, somos nosotros los que debemos entrar en su mundo y no esperar a que el niño juegue a lo que le planteamos. Imítale.
- Se modelo, enséñale. No debemos asumir que no quieren jugar quizá no saben, les mostraremos cómo. Recordemos que son aprendices visuales. No somos narradores, eso es parte de lo que distorsiona y no facilita el aprendizaje. Tenemos que ofrecer más demostraciones, más actos y no tantas palabras.
- Evitemos el aprendizaje por ensayo/error, debemos procurar que los aprendizajes sean desde un inicio correctos, evitando cualquier error
- Ten paciencia, no tenemos prisa, debemos adaptarnos al alumno, él pone los tiempos.
- Refuerzo positivo.
- Debemos evitar estímulos verbales o visuales que puedan hacer que el niño/a centre su atención en lo irrelevante.
¿Qué esperamos? Al principio nada, en un primer momento el peso del juego lo llevaremos nosotros y no debemos esperar mucha respuesta por su parte pero el juego de todos los niños se enriquece con el refuerzo y la interacción de los adultos, así que es importante trabajar con los niños y niñas con TEA para usar la imaginación de todas las maneras posibles, debemos intentar trabajar en entornos naturales, como puede ser el colegio, la casa, el parque,… para así favorecer la generalización de todos los aprendizajes en cualquier situación de la vida cotidiana.
Tengamos siempre presente las palabras del gran Tonucci
“ TODOS LOS APRENDIZAJES MÁS IMPORTANTES DE LA VIDA, SE HACEN JUGANDO”